LOS 10 MILLONES Y EL DN

Recibir 10 millones de visitantes es una excelente noticia y un gran estímulo para un país que ha apostado al turismo como una de sus industrias estratégicas. Lograr este hito, es un aliciente de cara a la meta real de lograr 10 millones de turistas extranjeros, lo que sirvió de “leit motive” para la aprobación de la Ley 195-13 que amplió el rango de las políticas públicas de fomento al sector. El turismo hoy es, sin duda alguna, uno de los tres grandes pilares que motorizarán la transición hacia el desarrollo nacional y al bienestar económico.

Según datos oficiales los 10 MM se descomponen así: 1) 6.5 Millones de Turistas Extranjeros, 2) 1,400,000 dominicanos no residentes, 3) 2.1 Millones de cruceristas. (Datos aproximados sujetos a confirmación del @BancoCentralRD al cerrar las cuentas del año). Más  allá de celebraciones o asteriscos y reservas, aquí lo importante para el país es determinar la carta de ruta que debemos seguir para consolidar los logros y potenciarlos a futuro. Es importante por ejemplo el establecimiento de metas logrables a corto y mediano plazo, tales como elevar la cantidad de visitantes por vía aérea a 10 millones en 4 años para lo cual deberemos mantener un ritmo de crecimiento a doble dígito de la industria.

Crecer a doble dígito es arduo y se necesita, además, de la agresiva estrategia de promoción de RD como destino, dar un nuevo impulso a las grandes inversiones. Ahora quizás con una mayor orientación al turismo de nichos, sin descuidar las transversales que tanto nos han resultado como las vías de comunicación y aeropuertos.

En el caso de la ciudad de Santo Domingo esas inversiones, las hemos agrupado en 8 propuestas para consolidar y relanzar nuestra participación en la industria de forma competitiva:

1.- Construcción de una Línea de Metro hasta el Aeropuerto Internacional de las Américas que reduzca los costos y facilite el acceso a la ciudad de forma segura. Esto democratizaría el acceso al aeropuerto y nos colocaría a tono con las principales ciudades del mundo.

2.-Construcción del Centro de Ferias y Convenciones de la Ciudad de Santo Domingo que nos permita atraer este tipo de actividades de alta rentabilidad y consumo.

3.-Construcción del sistema de Monorriel en el DN que mejore la movilidad interna y la conclusión del sistema de parqueos de la ciudad.

4.-Plan DN Smart City con el Establecimiento del Centro de Control y Monitoreo del Tránsito y los Espacios Públicos del Distrito Nacional(Ojo de Águila) como cerebro operativo y logístico. Esto nos permitirá , además, elevar los estándares de seguridad de la ciudad y coordinar las acciones de prevención y persecución de delitos y atención de emergencias.

5.-Conclusion del Programa de Rescate y Embellecimiento de la Ciudad Colonial y su extensión para incluir  al histórico sector de San Carlos, una antigua ciudad independiente con historia y tradiciones culturales propias de gran valor.

6.-Construcción del Sistema de Alcantarillado Pluvial, Sanitario y de Servicios del Distrito Nacional que permita el soterrado de los cables del tendido eléctrico y telefónico, y elevar nuestros niveles de seguridad y resiliencia ante efectos climáticos nocivos como huracanes e inundaciones.

7.-La construcción de un nuevo Estadio de Baseball de clase mundial que nos permita lograr la celebración de partidos de grandes ligas y la celebración de un mundial de baseball.

8.-Plan Golf-DN con el fomento de nuevos campos en la ciudad, pues sólo contamos con un campo en el territorio del DN.

Todo esto sumado a la gran inversión existente a nivel hotelero, cultural y culinario convertirá a nuestra ciudad en un imán de alta complementariedad con otros destinos como Punta Cana, Macao, MICHES, Bayahibe y Romana.

Nuestro compromiso es impulsarlas no sólo en el Congreso Nacional, sino cuando pongamos en funcionamiento el Consejo de Desarrollo del Distrito Nacional.

¿POR QUÉ LEONEL?

La influencia política de Leonel Fernández marcó mi generación. Su irrupción en el escenario nacional rompió la distancia que existía entre los millennials, mi generación, y las grandes figuras históricas que dominaron el final del siglo XX. Su inclinación por el deporte y la tecnología colocó la política dominicana a tono con el mundo como lo percibíamos a partir de la influencia del cine, la televisión y el nuevo gran jugador: el internet.

Los millennials somos iconoclastas. Nuestro surgimiento generacional ocurre en el momento de la caída de los grandes modelos y símbolos que marcaron la postguerra y la guerra fría. Cargamos la irreverencia de aquellos que crecen en plenitud y tienen derechos y oportunidades ilimitadas de educación y progreso. Para mi generación el máximo concepto de desarrollo personal es el emprendimiento y la fuente de estímulo fundamental es la disrupción.

Por esa razón, nuestra vocación política no busca construir  ídolos, caudillos, ni dioses terrenales. Lo que si busca esta generación es referentes y paradigmas que ilustren el camino hacia el éxito individual y colectivo. Para nosotros la lisonja y las apologías  sin fundamento descalifican al que las expone. Para nosotros el peor calificativo es el de lambón.

A partir de este prisma generacional he construido mi enfoque sobre Leonel, líder de mi partido por 20 años y a quien decidí acompañar a la Fuerza del Pueblo.

Un dominicano criado por su madre, amante del conocimiento, con una vocación de desarrollo personal y talentos innatos que lo han colocado en la cúspide política del país. De trato distinguido y amable, se caracteriza por la paciencia y la firmeza en la defensa de sus postulados.

Luego de años preparándose, trabajando, cultivando una visión democrática y sus ideas de desarrollo, contribuyendo de forma significativa a la causa peledeista, todo lo acumulado, combinado con un gran sentido de oportunidad e importantes alianzas, lo colocaron  como la cara de la nueva generación que gobernaría el país. Su rol en el 94 y la victoria del 96 obedece a todo menos a la casualidad.  Leonel estaba preparado.

Su impronta de 12 años como estadista es descomunal. Tanto en términos de infraestructura, estabilidad y crecimiento económico, desarrollo jurídico e institucional, así como en grandes conquistas sociales para el pueblo. La independencia judicial, la recuperación del sistema bancario, un nuevo ordenamiento constitucional, infraestructura vial, marítima y aeroportuaria, la modernización del Estado dominicano, la masificación de la informática y el Metro de Santo Domingo, el posicionamiento del país en la comunidad internacional son parte del legado de Leonel.

Salió de la presidencia logrando lo que pocos: pasar el mando a un compañero de partido de forma exitosa.

En los últimos años Leonel ha recibido ataques feroces, ha sido perseguido, descalificado, avasallado, vituperado, el país ha sido testigo. Pero su ánimo, afabilidad y buenas formas no cambian. Su espíritu democrático lejos de amilanarse se ha fortalecido y su vocación de promover nuevos talentos y dar oportunidades se ha multiplicado.

Leonel no guarda rencores personales, sus adversarios son políticos. Aunque en su comunicación no es dado a reconocer errores pasados de forma explícita, si lo hace tácitamente al hablar de su madurez, su mejor entendimiento de la naturaleza humana y su confianza en personas que se aprovecharon de ello.

Cuando le pregunté ¿Por qué quiere volver? Me dijo: para restaurar mi legado.

A ello respondí: su reto Presidente es que su acción política y de gobierno se ajusten a las demandas y paradigmas de la sociedad actual, esa cuya evolución y expectativas elevadas usted conoce. De ello dependerá la manera en que la historia le juzgue.

Estuvimos de acuerdo y por ello le sigo.

Estoy seguro que cuando se juramente en 2024 como Presidente de la República será exitoso.